EL CEREBRO ADICTO.
Hasta hace unas décadas la drogadicción se
consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se reconoce como una
enfermedad y se sabe cómo tratarla.
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos,
familiares o compañeros de trabajo, o algún vecino; adictos al alcohol, al tabaco,
a medicamentos legales, a drogas ilícitas, o algunas manías (videojuegos, comida
y a las personas mismas) o estímulos que afectan al cerebro. El objeto de la
adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya que todas
estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro. Este
descubrimiento ha alterado la forma de considerar, prevenir y remediar las adicciones.
Hoy éstas se definen como
una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una
sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona. Al igual que otras
enfermedades como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se
consiga una cura definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y la duración
de la vida.
Verónica Guerrero
Mothelet.
Desde la antigüedad, el humano ha
hecho uso de drogas para alterar su estado de conciencia con fines recreativos
o místicos. Los alucinógenos en el México prehispánico eran usados
principalmente por razones culturales, como en rituales, sacrificios humanos, y
sobre todo se consideraba que abrían un vínculo entre el humano y la
naturaleza, haciendo a un lado lo material.
Básicamente, el humano consume
las drogas por que le provocan una sensación subjetiva de recompensa, de
placer, de bienestar, al menos cuando inicia en su vida el consumo de
sustancias de abuso. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
palabra “droga” se refiere a una sustancia que previene o cura una enfermedad;
pero en términos coloquiales, “droga” hace referencia a una sustancia usada sin
fines terapéuticos y que tiene efectos psicoactivos.
Aunque en la actualidad la sociedad está expuesta a todo tipo de
drogas, hay grupos más vulnerables que otros a sufrir consecuencias negativas
de su uso, como los niños y los jóvenes, quienes pueden truncar su posibilidad
de desarrollo personal y de realizar proyectos positivos de vida.
El gobierno de México inició,
desde la década de 1970, acciones para atender este problema, mucho antes de
que la demanda de drogas adquiriera mayores proporciones, por lo que contamos
ya con una considerable experiencia acumulada. Nuestro país ha realizado
esfuerzos importantes por enfrentar este problema a través del desarrollo de un
marco jurídico-normativo e institucional y de programas que, al mismo tiempo
dan seguimiento a los acuerdos que México ha firmado en el ámbito
internacional, son apropiados a las características socioculturales específicas
de nuestra nación.
Para el Sector Salud la reducción
de la demanda de drogas incluye las iniciativas que buscan prevenir su consumo,
disminuir progresivamente el número de usuarios, mitigar los daños a la salud
que puede causar el abuso, y proveer de información y tratamiento a los
consumidores problemáticos o adictos, con miras a su rehabilitación y
reinserción social. En esta tarea, la Secretaría de Salud, SSA como cabeza del
Sector Salud, promueve un enfoque integral que incluye, además de las drogas
ilegales, a todas las que producen adicción y problemas de salud pública, e
incorpora en los programas a los diversos sectores públicos y sociales. La
sociedad en su conjunto es cada vez más sensible a este problema y constituye
nuestro principal aliado.
El tema de las drogas ilegales,
tiene especial trascendencia, ya que es parte cotidiana de las noticias en el
mundo; la representación social de las drogas y la forma en la que son
percibidas por la opinión pública son de la mayor importancia en nuestro
trabajo preventivo. Debemos evitar que haya un clima de familiaridad y de
aceptación social hacia su uso y evitar, al mismo tiempo, estigmatizar y
criminalizar al adicto.
EL cerebro adicto es totalmente diferente al cerebro no
adicto.
Cuando se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del
cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo cardiaco, la respiración
y el sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos
permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema
límbico, donde se aloja el llamado circuito de recompensa del cerebro. Dicho
sistema motiva al individuo a repetir conductas necesarias para la
supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener sexo. Cuando las
drogas ingresan en el cerebro obstaculizan el sistema de comunicación e
interfieren en el proceso de intercambio de información neuronal. Las células
nerviosas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas
neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el
neurotransmisor, que cruza el espacio interneural, conocido como sinapsis, y se
junta a un receptor (proteína) en otra neurona. Neurotransmisor y receptor
embonan como una llave en una cerradura.
Las principales características son los cambios en la
estructura y funciones en el encéfalo;
una enfermedad orgánica. La adicción es, en ambas, la causa y consecuencia de
esas alteraciones profundas de la función cerebral.
Las adicciones,
enfermedades crónicas.
Las adicciones deben de considerarse como cualquier otra
enfermedad crónica, como la diabetes y la hipertensión persistente, en lugar de
hacerlo como se acostumbra, como si fueran una enfermedad aguda, o como si se
tratara de una infección bacteriana o de una fractura.
El uso de las drogas es instintivo para muchas especies, la
nuestra es una de las tantas.
Hablemos ahora sobre
cuáles son las adicciones y que es la drogadicción.
Drogadicción.- Se trata de la adicción a las
drogas (el hábito de una persona que se deja dominar por el impulso al
consumo).
Adicción.- Hábito de quien se deja dominar por
el uso de alguna o algunas drogas
tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos, alimentos etc.
La estructura química de las drogas como la mariguana y la
heroína es tan similar a la de un neurotransmisor natural, que los receptores
las aceptan como si fueran el neurotransmisor original. Las anfetaminas y la cocaína, hacen que se
produzca una cantidad excesiva de neurotransmisores naturales, en consecuencia,
el mensaje interneuronal se intensifica, impidiendo una comunicación adecuada.
La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de la
dopamina, que es un neurotransmisor relacionado con el desarrollo de
adicciones. Es un neurotransmisor inhibitorio, lo cual significa que cuando
encuentra su camino a sus receptores, bloquea la tendencia de esa neurona a
dispararse. La dopamina está fuertemente asociada con los mecanismos de
recompensa en el cerebro. Las drogas como la cocaína, el opio, la heroína, y el
alcohol promueven la liberación de dopamina, al igual que lo hace la nicotina.
A continuación se enlistan algunas sustancias y sus efectos.
Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas
de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema,
trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo
puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales
especialmente vulnerables a esta droga son la corteza cerebral (funciones
ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación
de movimientos).
Mariguana.
Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de
concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar
los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas
vulnerables.
Inhalables. Sustancias
volátiles que se encuentran en muchos productos caseros, como pinturas,
pegamentos y algunos aerosoles. Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el
corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína.
Estimulante que por la brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces
en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas
con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
"La
adicción es una enfermedad que progresa por etapas", según nos explica el doctor Rubén Baler, científico de la salud
de la Oficina de Políticas Científicas. Baler explica que en la primera etapa
las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero
este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las
utilizan en forma crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y
aparecen los primeros signos de dependencia. He aquí algunos signos que
sugieren adicción: consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla,
gastar en droga más de lo que se tiene, extralimitarse para obtener droga
(incluso robar) y sentir que se necesita la droga para funcionar
cotidianamente.
La drogadicción en México.
El consumo
de sustancias psicoactivas no es un delito en México, pero la posesión con
fines de consumo sí está tipificada como delito. No obstante, si la posesión no
excede los montos máximos que establecidos y si no se presenta en los lugares señalados
en el Art. 475 de la Ley General de Salud (escuela, cárceles, etc. ) entonces
no lleva aparejada pena privativa de libertad
Una nueva ley aprobada en México
posibilita ahora la creación de los Tribunales para el Tratamiento de
Adicciones a nivel nacional.
De acuerdo a datos que brinda el
Secretario Técnico del CONADIC, la mariguana si bien no mata, si produce
efectos del tipo dañino, como torpeza, problemas de aprendizaje, produce
anhedonia, que es pérdida de la motivación e interés por parte de sus
consumidores y que en muchos casos es la antesala de la depresión. “No por
legalizarla va a dejar de ser peligrosa” indicó.
Hace unos días La Suprema Corté
de la Nación declaro inconstitucional la prohibición absoluta para el consumo
de marihuana y en un hecho histórico, otorgó el primer amparo a cuatro personas
para el auto consumo lúdico y recreativo del enervante; concedió a estas
personas que forman parte de las Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y
Tolerante; las cuales podrán sembrar, cosechar, preparar, poseer, y transportar
la marihuana.
El efecto de la sentencia es
otorgar a los quejosos un permiso para la siembra y cosecha del enervante, pero
no autoriza ningún tipo de comercialización o venta del mismo, puntualizaron.
Yo pienso que los adictos a las
drogas no deben de ser vistos como criminales, ya que los que padecen, esta
enfermedad, necesitan ayuda. Si bien es sabido, se puede considerar un problema
moral y de falta de voluntad. No debemos
de criminalizar a los consumidores, sino verlos como un problema de salud
pública que requiere medidas de prevención y tratamiento; aun cuando las drogas
han existido siempre y seguirán existiendo, el consumo se ha manifestado con fuerza en las últimas
décadas transformándose en un problema social que va en aumento y cada vez hay más personas que consumen algún
tipo de droga, en mayores cantidades y a edades más tempranas. Es un problema
como sociedad ya que todo lo encontramos a nuestro alcance y el de nuestros
hijos, amigos y familia. Hoy en día hay una mayor variedad de adicciones, drogas,
estupefacientes, etc. Y aunque siempre han prevalecido tenemos por entendido
que son dañinos para nuestro cuerpo, para nuestra salud física y moral, que
pueden destruir por completo nuestra vida, y la de nuestra familia, la sociedad
en la que vivimos y todo nuestro entorno.
REFLEXIÓN
Algo más que hemos aprendido a través de esta lectura es que un adicto, seguirá siendo un
adicto, mientras viva, que el individuo podrá rehabilitarse y será fundamental
ser partícipes a nuestra familia, amigos, comunidad, escuela y todo lo que nos
rodea.
Me agrado esta lectura porque
tengo hijos adolescentes y ellos son vulnerables a estas situaciones, no me gustaría
que uno de ellos pueda llegar a estar en una situación de este tipo, y mucho
menos no estar informada sobre este tema; que me hace participe ya que nosotros
como seres humanos, pertenecemos a esta sociedad y sobre todo a un gran país que
es MÉXICO.
De antemano agradezco el ser
participante en un gran proyecto como lo es UNAD MEXICO…. GRACIAS.